domingo, 29 de junio de 2025

GR-10: Etapa 31-A. Pontón de la Oliva - Alpedrete de la Sierra - Tortuero - Valdesotos



Pontón de la Oliva - Alpedrete de la Sierra (5,5 km.)

Estado del firme: Pista muy poco tramo y sobre todo senda en muy mal estado.

Posibles peligros: No.

Ciclable: No, Si con la alternativa que aporto.

Fuentes de agua: Sí, en Alpedrete (Coordenadas GPS 40.909571, -3.408254).

Alojamientos: Alpedrete y Valdepeñas de la Sierra.

Partimos del pie de la presa del Pontón de la Oliva. A unos 100 metros una valla corta el camino, pero se rodea por la derecha y continuamos hasta encontrar un sendero que sale de la misma por la derecha.  

Los primeros tramos los recorremos por una pista de servicio del canal de Isabel II.

Una desviación de la senda que va a las cárcavas rojizas de Mingo Negro la descartamos y seguimos de frente, cruzando entre olivos. La senda empieza a complicarse y se convierte en un arroyo, intransitable durante todo el ascenso. Cuándo parece que ya hemos superado lo peor  viene el postre, una pequeñísima senda indistinguible entre la maleza de hierbas altas. Por este último tramo, círculo con mi bicicleta a modo de buldócer, lanzado sobre las hierbas para abrirme paso. Si por aquí pasas, como yo, con pantalón corto, lo lamentarás y pagarás con sangre tu error. Por fin tras alcanzar una loma salimos a la pista del canal. No recomiendo a nadie que realice este último tramo y recomiendo hacerlo siguiendo la pista del canal de Isabel II, de la que nos desviamos al comienzo del recorrido. Cuando ya creía que empezaba lo bueno, veo que nuevamente la senda sale de la pista por la izquierda y  se interna en el valle del Arroyo Reduvia,  poblado de enebros, encinas y arces. Si vas en bici, no tomes la senda y sigue por el camino de servicio del canal de Isabel II, darás mucha más vuelta, pero llegarás a Alpedrete de la Sierra sin complicaciones.

Inicio de la senda hacia el valle del arroyo Reduvia.

La senda está en estado lamentable en muchos tramos.

Cerramiento continuo de la senda por hierbas altas.

La senda del arroyo Reduvia termina en la pista forestal.

El descenso al valle es totalmente tortuoso, con un suelo de guijarros levantados y una senda en forma de arroyo, sin alternativa ni escapatoria posible. Para cumplimentar la tortura del recorrido cruzarás por numerosos pasos cerrados con zarzas que te dejaran las piernas y los brazos llenos de arañazos. Lo mejor, el cartel del recorrido que te pide que bajo ningún concepto te salgas de la senda. Hacia la mitad del recorrido la senda se abre un poquito más y nos dará un respiro. Al final la senda acaba desembocando en una pista forestal donde debemos girar a la derecha. Cien metros más adelante, veremos nuevamente un desvío que nos encamina por la izquierda de la pista, a una senda cerrada por completo por la maleza. 

Tramo de senda que sale de la pista forestal, por la izquierda.

Alpedrete de la Sierra.

Otro tramo de tortura hasta alcanzar un cerro, desde donde ya atisbamos nuestro destino: Alpedrete de La Sierra. La senda se incorpora un poco más adelante a un camino, que nos conduce hasta la localidad, acompañados por chopos y huertos.

Alpedrete de la Sierra - Tortuero (8,5 km.)

Estado del firme: Pista forestal arenosa (cuidado si vas en bici) y senda (el último km. en muy mal estado).

Posibles peligros: No.

Ciclable: Si durante 7 km., No el último km. y medio.

Fuentes de agua: Sí, en Alpedrete (Coordenadas GPS 40.909571, -3.408254) y en el núcleo urbano de Tortuero (Coordenadas GPS 40.935592, -3.353062).

Alojamientos: Alpedrete y Valdepeñas de la Sierra.

Partimos de la parte más alta de la localidad. La senda del GR-10 está marcada por las eras de la población, por un lugar que con unas hierbas de más de un metro resulta totalmente intransitable.

El comienzo de la senda es totalmente intransitable, recomiendo alternativa propuesta.

Por este último motivo, recomiendo no seguir la indicación del GR-10 y seguir ascendiendo por la calle principal del pueblo hasta llegar a la carretera de acceso al mismo, donde encontraremos una pista que sale por la izquierda, incorporándonos a la misma. Un poco más adelante, senda  y pista confluyen. Transitamos ahora por una pista forestal entre pastizales y jaras, con la Sierra de la Concha de fondo, descendiendo hasta alcanzar una ganadería. A lo largo del recorrido, nos iremos encontrando con distintos pastores eléctricos que debemos abrir para pasar y después volver a cerrar. 

Tramo del recorrido entre pastizales y jaras, con la Sierra de la Concha al fondo.

Tramo del recorrido entre pastizales y jaras, con la Sierra de la Concha al fondo.

Ahora transitaremos por un valle alto durante 500 metros hasta alcanzar una pista forestal de mayor importancia. Nos incorporaremos a ella girando a la izquierda y seguiremos por la misma unos doscientos metros hasta la entrada del pinar. 

Valle alto con fondo arenoso.

Pista de acceso al pinar.


De ahí parte una senda por la derecha que nos dirige hacia el fondo del valle, por donde circularemos varios centenares de metros sorteando pinos.  Después de este tramo la senda empieza a ascender por la derecha hasta llegar a un pastor eléctrico que nuevamente deberemos cruzar. Hasta aquí el camino es totalmente ciclable y divertido para bicicletas de montaña. 

Fondo del valle por el que transitamos.

Hasta este punto de la fotografía el camino es totalmente ciclable.

A partir de aquí, la senda solo es ciclable en tramos muy cortos y si vas en bici, el último kilómetro deberás afrontarlo a pie y con mucho cuidado, puesto que el estado de la senda está en situación deplorable por el lugar por donde transita. 

Si vas en bici, el tramo del fondo de la foto, hazlo por la pista que asciende, no por el GR-10.

Vista de la localidad de Tortuero desde la senda.

Finalmente alcanzamos la carretera y en 200 metros llegamos a la localidad de Tortuero.

Valdesotos - Tortuero (3,5 km.)

Estado del firme: Senda y camino agrícola.

Posibles peligros: No.

Ciclable: No.

Fuentes de agua: Sí, en Valdesotos (Coordenadas GPS 40.957419, -3.328783) y en el núcleo urbano de Tortuero (Coordenadas GPS 40.935592, -3.353062).

Alojamientos: Valdesotos y pueblos limítrofes.

Para llevar a cabo esta ruta hay que partir de la parte más alta de la localidad de Valdesotos, junto a la Iglesia de Santa Catalina. Por ahí en un corte del terreno de un metro empieza la senda. Pregunté a un lugareño que si ésta era ciclable y me dijo que sí, en fin... Otra experiencia más terrorífica que añadir a la lista, compareceos de mí si hacéis el tramo. Sí, por ahí circule con una bicicleta eléctrica que pesa 26 kg. La senda es muy estrecha, no está en buen estado y enseguida toma altura dejándonos una vista casi aérea de Valdesotos.

Vista elevada del núcleo urbano de Valdesotos.

Detalle de la senda en sus últimos tramos de ascenso.

Después de acabar nuestra ascensión, nos enfrentamos a un tramo que transcurre entre jarales, con pasos muy estrechos, con lo cual es muy probable que nos llevemos algún arañazo de recuerdo. Tras salir del jaral la senda cruza un campo de cultivo yermo, hasta un profundo arroyo que hay que cruzar para alcanzar una pista agrícola, e incorporarnos a la misma por la derecha.

Tramo de la senda entre jarales.

Tramo de la senda que atraviesa un campo de cultivo yermo.

Tras una ligera ascensión, enseguida atisbamos a lo lejos el pueblo de Tortuero, el cual alcanzaremos en unos 500 metros. Para acceder al pueblo tenemos que cruzar el Arroyo de la Concha. Si éste tiene poco caudal lo podemos hacer directamente caminando sobre la plataforma de cemento que hay construida para recoger sus aguas. A nuestra derecha queda el puente medieval construido para cruzar el arroyo, remendado eso sí, para evitar su derrumbe. Una pena esto último ya que le resta una gran parte de su belleza.

Vista de Tortuero desde la parte más alta del camino.

Puente medieval sobre el arroyo de la Concha.

Iglesia de San Juan Bautista del siglo XVI (Tortuero).


Manuel Andrés

P.D: Disfruta, respeta, no perturbes el entorno y llévate tu basura.

GR-10: Etapa 30. Tamajón - Retiendas - Valdesotos (13,2 km.)

 Fuentes de agua: Sí, en Tamajón (Coordenadas GPS 41.000935, -3.240679 y 41.002742, -3.249153), en Retiendas agua del depósito de la localidad (Coordenadas GPS 40.971234, -3.276146). en Valdesotos (Coordenadas GPS 40.957419, -3.328783).

Alojamientos: Tamajón, Valdesotos y pueblos limítrofes.


Tamajón - Retiendas (5 km.)

Estado del firme: Pista en buen estado general, salvo en un punto que ha sido cortada por un arroyo.

Posibles peligros: Si (ver descripción más detallada más adelante).

Ciclable: Si.

Esta ruta comienza junto a la fuente de la localidad, enfrente de la iglesia. Desde ahí debemos dirigirnos en dirección a las piscinas de la localidad, por una carretera asfaltada, hasta encontrar el primer indicador de desvío entre las piscinas y los lavaderos. Un centenar de metros más adelante veremos el segundo indicador de desvío que ya nos dirige hacia el valle que une Tamajón con Retiendas. No encontrarás ningún desvío más en los casi 5 km. que transcurren hasta llegar a Retiendas. Inicialmente el camino transcurre entre encinas hasta llegar a una antigua cantera de piedra, ya muy naturalizada. 


Primeros tramos del camino.

Antigua cantera de piedra.


A partir de aquí el camino desciende bruscamente para engarzar con el fondo del valle. A lo largo del mismo podrás ir viendo grandes quejigos, encinas y sabinas. Más adelante en una zona muy frondosa veremos aparecer el Arroyo de las Huertas, flanqueado de chopos y cornejos, para mí, la zona de más belleza del tramo. El camino está cortado actualmente en un punto de confluencia con un arroyo, aunque con dificultad se puede cruzar. Si la brecha sigue aumentando puede que pasar por ahí se vuelva muy complicado.

Zona del valle más frondosa y exuberante.

Punto del recorrido ya cercano a Retiendas.

Retiendas.


También nos encontraremos a nuestra derecha con pino resinero y austriaco. Finalmente una cadena nos indica que hemos alcanzado nuestro destino: Retiendas. El acceso a la localidad es por su parte más alta, junto a la iglesia. Enseguida desembocamos en la calle principal de la localidad que divide el pueblo en dos. Todo el entorno de la localidad es excelso en vegetación y cárcavas rojizas, muy bellas,  que ponen un tono de contraste al entorno.

Retiendas - Valdesotos (8,2km.)

Estado del firme: Pista y senda en buen estado general

Posibles peligros: Si (ver descripción más detallada más adelante).

Ciclable: Si.

Para continuar hasta Valdesotos, hay que descender por la calle principal de Retiendas hasta llegar a la carretera y ahí unirnos a la misma girando a la derecha. Medio km. después, justo antes de un puente, a la izquierda parte el camino del Monasterio de Bonaval, que tomaremos. El inicio del camino está marcado por las recientes actuaciones que se han realizado para contener mediante muros de piedra los arrastres de material de un barranco próximo. Pasado este punto, descendemos suavemente por una amplia pista, flanqueados por grandes quejigos y encinas. Tras 1,8 km. llegamos a un cruce con la senda que posteriormente retomaremos, ya que merece la pena seguir unos pocos metros más para contemplar las ruinas de dicho Monasterio, recientemente restaurado. El Monasterio fue fundado en 1164 por la orden del Cister y posteriormente reformado y ampliado en el siglo  XVII en estilo gótico.

Camino del Monasterio de Bonaval.

Monasterio de Bonaval.

Monasterio de Bonaval.

Monasterio de Bonaval.

Después de la visita al Monasterio debemos desandar unos metros hasta el cruce anterior y tomarlo. Desde aquí hasta Valdesotos tenemos unos 6,4 km. Ahora lo que antes era una pista se ha convertido en una preciosa senda que serpentea por el valle junto al río Jarama. Quejigos, encinas, fresnos, enebros y cornicabras acompañaran tu viaje por la hoz caliza del río. Por su parte, en la parte más baja del valle el río transcurre entre chopos y sauces. Hacia la mitad del tramo, junto a la hoz del río, nos toparemos con el punto de mayor esplendor formado por un conjunto de farallones calizos donde nidifican aviones roqueros y buitres leonados. Si llevas prismáticos, es el momento de sacarlos de la funda y observar a estas aves. Este último tramo presenta riesgo de caídas al valle desde la senda y está advertido con los correspondientes carteles de aviso.

Tramo de la senda.

Farallones calizos junto a la hoz del río.

Farallones calizos junto a la hoz del río.

Un par de centenares de metros más adelante la senda sale del bosque y se adentra entre jaras, delimitando un paso muy estrecho. Después la senda transcurre entre continuas subidas y bajadas y en no muy buen estado, para finalmente elevarse y adherida a un farallón cruzar un punto muy estrecho del valle. Éste último paso puede que presente dificultad para personas con vértigo. Después nuevas pequeñas subidas y bajadas para enseguida desembocar en la carretera de Valdesotos, donde giraremos a la derecha en dirección al núcleo urbano.

La senda transcurre adherida a la roca en algún punto.

Punto de unión de la senda con la carretera a Valdesotos.

Ahora avanzamos por la carretera en dirección a Valdesotos y enseguida a unos 200 metros tenemos un indicador que nos desvía a la izquierda para contemplar el puente medieval del siglo XVI que cruza sobre el río Jarama y que merece la pena visitar.

Cortados junto al río Jarama.

Puente medieval, del siglo XVI.

Puente medieval, del siglo XVI.

Puente medieval, del siglo XVI.

El tramo de carretera que nos queda hasta Valdesotos transcurre entre encinares y pino de repoblación. La parte más exuberante la tenemos a nuestra izquierda, junto al río Jarama, entre alisedas, cerezos, nogales, fresnos y álamos blancos.

Cortados junto al río Jarama.

El núcleo urbano de Valdesotos forma parte del conjunto de pueblos que constituyen la arquitectura negra en Guadalajara y bien merece una visita, si bien, su estado de conservación en cuanto a dicha arquitectura es muy irregular. Otro punto de interés que tenemos en Valdesotos es visitar el Chorro de Valdesotos, a unos dos km. del núcleo urbano. Podrás encontrar más información de como llegar hasta él, al final del siguiente artículo de mi blog:


Manuel Andrés

P.D: Disfruta, respeta, no perturbes el entorno y llévate tu basura.

lunes, 27 de enero de 2025

Cueva del Cerro de los Palacios de Valdearenas

 

El Cerro de los Palacios es una montaña aislada y plana que podemos contemplar a nuestra izquierda, cuando circulamos por la carretera CM-1003 entre las localidades de Padilla de Hita e Hita. Queda ubicado entre La Alcarria y el valle del río Henares y pertenece al término municipal de Valdearenas. Este cerro forma parte de un conjunto de ellos, presentes en la zona, conocidos como "cerros testigo". Geológicamente presenta las mismas características que las llanuras de La Alcarria. Conforma una "mesa" de calizas terciarias que se encuentran cubiertas de una fina capa de tierra. Por debajo de la capa de caliza se encuentran, generalmente  capas de "margas", que en ocasiones  y por descomposición de las mismas crean oquedades o cuevas. Éstas últimas han sido aprovechadas desde la antigüedad y hasta épocas recientes por el hombre para diferentes usos.

Posicionamiento geográfico del Cerro de los Palacios y de la Cueva.

Para llegar hasta la cueva tenemos dos vías de acceso, para ambas, es necesario utilizar bastones de apoyo. La primera comienza en una pista que nace junto a la carretera CM-1003, muy cercana a la localidad de Padilla de Hita (coordenadas GPS 40.850102, -2.997315), donde deberíamos dejar nuestro vehículo y proceder a pie, a no ser que dispongamos de un vehículo con prestaciones camperas, en cuyo caso podríamos avanzar algo más. Esta pista nos lleva hasta una antigua ganadería, ya abandonada, donde obligatoriamente hay que seguir a pie. La bordearemos por la derecha y continuaremos hasta encontrar una senda, en muy mal estado, que sale por la derecha y que asciende hasta las proximidades de la cueva. El recorrido total por esta vía no llega a los 2 km. El mal estado de la senda que asciende es debido a la utilización de la misma por parte de motoristas desaprensivos, que han llegado a perforar la misma con las ruedas, hasta 40 cm en algunos tramos.

Plano del recorrido de acceso a la Cueva.

Plano Altimétrico de la ruta.

La segunda empieza en una pista que nace junto a la carretera GU-108, muy cercana a la localidad de Valdearenas (coordenadas GPS 40.828888, -2.995439), donde deberíamos dejar nuestro vehículo y proceder a pie, a no ser que tengamos el vehículo apropiado, en cuyo caso podríamos avanzar algo más. Al fondo y a nuestra izquierda, casi coronando el Cerro de los Palacios, podemos contemplar la cueva a la que nos dirigimos. No cometas el error de intentar llegar hasta ella campo a través por la ladera del cerro. Si lo haces, las aliagas y la fuerte pendiente de hasta el 65% te dejarán un mal recuerdo. Seguiremos por tanto por la senda que asciende en paralelo a las faldas de la montaña hasta su coronación, Ahí veremos la senda que aparece a nuestra izquierda (en mal estado) y que con tramos de fuerte pendiente nos conduce hasta la cueva. El recorrido total por esta otra vía no llega a los 2 km. pero es de mayor dificultad debido a la pendiente a salvar.

Plano del recorrido de acceso a la Cueva.

Plano Altimétrico de la ruta.

Cueva de los Palacios.

Cueva de los Palacios.

Cueva de los Palacios.

Cueva de los Palacios (Detalle de la fuerte pendiente).


La verdad es que la primera vez que vi esta cueva a lo lejos, tan imponente, ubicada en la zona noroeste del cerro, lo primero que pensé es si era natural o artificial. Una cueva digna, por sus dimensiones y emplazamiento, de películas como Conan el Bárbaro u otras muchas en las que aparece una singular guarida de un hechicero o bruja. Lo cierto y verdad es que lo único que podemos aseverar sobre el origen de esta cueva es la acción natural de la erosión sobre la misma, sumada a la acción del hombre ampliando y dando forma a alguna de sus dependencias. Hay que tener en cuenta que la roca de la misma es una mezcla de carbonato de cal y arcilla (margas), lo que facilita su labranza. Hasta los años posteriores a la guerra civil estas margas fueron utilizadas para la extracción de greda (una especie de arcilla arenosa), que los lugareños utilizaban en la construcción, como elemento de blanqueo, y también como abrasivo doméstico para la limpieza del hogar. Las especulaciones sobre su posible utilización como eremitorio por parte de algunos historiadores no está constatada. Lo único que es posible aseverar es, la utilización de la misma por pobladores de la zona como refugio durante las labores de pastoreo y más recientemente durante nuestra contienda civil. Como testigo de estas últimas acciones podemos encontrar diversos grabados de símbolos y nombres en las diferentes estancias de la cueva.

El acceso a la cueva tiene lugar a través de unas desgastadas escaleras talladas en la roca, como puedes apreciar en la siguiente imagen:

Entrada a la Cueva de los Palacios.

Nada más franquear la entrada, aparecen ante nosotros diferentes cavidades a nuestra derecha, y a nuestra izquierda enormes ventanales que dotan de amplia luminosidad a las diferentes estancias:

Cueva de los Palacios (vistas desde la entrada).

Cueva de los Palacios (vistas desde la entrada).

Cueva de los Palacios (vistas desde la entrada).

Si continuamos avanzando para recorrer en su totalidad la cueva pasaremos por un estrechamiento en forma de pasillo y una vez superado volvemos a ver estancias similares a las de la primera parte de la cueva:

Cueva de los Palacios (parte final de la misma).

Una de las singularidades de la cueva es el alto número de ventanales y sus dimensiones, además de la diversidad de sus formas. Estos ventanales se asoman a los dos valles cercanos de la Umbría y del Badiel. Podrás apreciar la diversidad de formas de los ventanales en las siguientes imágenes:

Cueva de los Palacios (ventanal en forma de corazón).

Cueva de los Palacios (ventanal en forma de trapecio).

Cueva de los Palacios (ventanal de forma rectangular).

Cueva de los Palacios (ventanal con forma del contorno africano).

Cueva de los Palacios (ventanal con forma de infinito).

A lo largo de las diferentes estancias de la cueva podemos encontrar huellas que la presencia humana en el pasado fue dejando en las paredes de la misma. Las más frecuentes, presentes en diferentes salas, son pequeñas oquedades u hornacinas talladas en las paredes, para colocar en ellas velas o candiles y permitir la iluminación de dichas estancias durante la noche. 

Cueva de los Palacios (oquedad tallada en la pared).

En el techo de la cueva también podemos encontrar algunos nidos puntuales de golondrina o vencejo con su característica arquitectura.

Cueva de los Palacios (nido de golondrina o vencejo). 

En la cueva también podemos encontrar alguna talla más elaborada, como ésta en la que se talló un asiento con su correspondiente respaldo dentro de una de las paredes. Frente a ésta última hay una pequeña oquedad en el suelo donde se encendía el fuego.

Cueva de los Palacios (asiento tallado y oquedad para el fuego).

Manuel Andrés

P.D: Disfruta, respeta, no perturbes el entorno y llévate tu basura.