lunes, 27 de enero de 2025

Cueva del Cerro de los Palacios de Valdearenas

 

El Cerro de los Palacios es una montaña aislada y plana que podemos contemplar a nuestra izquierda, cuando circulamos por la carretera CM-1003 entre las localidades de Padilla de Hita e Hita. Queda ubicado entre La Alcarria y el valle del río Henares y pertenece al término municipal de Valdearenas. Este cerro forma parte de un conjunto de ellos, presentes en la zona, conocidos como "cerros testigo". Geológicamente presenta las mismas características que las llanuras de La Alcarria. Conforma una "mesa" de calizas terciarias que se encuentran cubiertas de una fina capa de tierra. Por debajo de la capa de caliza se encuentran, generalmente  capas de "margas", que en ocasiones  y por descomposición de las mismas crean oquedades o cuevas. Éstas últimas han sido aprovechadas desde la antigüedad y hasta épocas recientes por el hombre para diferentes usos.

Posicionamiento geográfico del Cerro de los Palacios y de la Cueva.

Para llegar hasta la cueva tenemos dos vías de acceso, para ambas, es necesario utilizar bastones de apoyo. La primera comienza en una pista que nace junto a la carretera CM-1003, muy cercana a la localidad de Padilla de Hita (coordenadas GPS 40.850102, -2.997315), donde deberíamos dejar nuestro vehículo y proceder a pie, a no ser que dispongamos de un vehículo con prestaciones camperas, en cuyo caso podríamos avanzar algo más. Esta pista nos lleva hasta una antigua ganadería, ya abandonada, donde obligatoriamente hay que seguir a pie. La bordearemos por la derecha y continuaremos hasta encontrar una senda, en muy mal estado, que sale por la derecha y que asciende hasta las proximidades de la cueva. El recorrido total por esta vía no llega a los 2 km. El mal estado de la senda que asciende es debido a la utilización de la misma por parte de motoristas desaprensivos, que han llegado a perforar la misma con las ruedas, hasta 40 cm en algunos tramos.

Plano del recorrido de acceso a la Cueva.

Plano Altimétrico de la ruta.

La segunda empieza en una pista que nace junto a la carretera GU-108, muy cercana a la localidad de Valdearenas (coordenadas GPS 40.828888, -2.995439), donde deberíamos dejar nuestro vehículo y proceder a pie, a no ser que tengamos el vehículo apropiado, en cuyo caso podríamos avanzar algo más. Al fondo y a nuestra izquierda, casi coronando el Cerro de los Palacios, podemos contemplar la cueva a la que nos dirigimos. No cometas el error de intentar llegar hasta ella campo a través por la ladera del cerro. Si lo haces, las aliagas y la fuerte pendiente de hasta el 65% te dejarán un mal recuerdo. Seguiremos por tanto por la senda que asciende en paralelo a las faldas de la montaña hasta su coronación, Ahí veremos la senda que aparece a nuestra izquierda (en mal estado) y que con tramos de fuerte pendiente nos conduce hasta la cueva. El recorrido total por esta otra vía no llega a los 2 km. pero es de mayor dificultad debido a la pendiente a salvar.

Plano del recorrido de acceso a la Cueva.

Plano Altimétrico de la ruta.

Cueva de los Palacios.

Cueva de los Palacios.

Cueva de los Palacios.

Cueva de los Palacios (Detalle de la fuerte pendiente).


La verdad es que la primera vez que vi esta cueva a lo lejos, tan imponente, ubicada en la zona noroeste del cerro, lo primero que pensé es si era natural o artificial. Una cueva digna, por sus dimensiones y emplazamiento, de películas como Conan el Bárbaro u otras muchas en las que aparece una singular guarida de un hechicero o bruja. Lo cierto y verdad es que lo único que podemos aseverar sobre el origen de esta cueva es la acción natural de la erosión sobre la misma, sumada a la acción del hombre ampliando y dando forma a alguna de sus dependencias. Hay que tener en cuenta que la roca de la misma es una mezcla de carbonato de cal y arcilla (margas), lo que facilita su labranza. Hasta los años posteriores a la guerra civil estas margas fueron utilizadas para la extracción de greda (una especie de arcilla arenosa), que los lugareños utilizaban en la construcción, como elemento de blanqueo, y también como abrasivo doméstico para la limpieza del hogar. Las especulaciones sobre su posible utilización como eremitorio por parte de algunos historiadores no está constatada. Lo único que es posible aseverar es, la utilización de la misma por pobladores de la zona como refugio durante las labores de pastoreo y más recientemente durante nuestra contienda civil. Como testigo de estas últimas acciones podemos encontrar diversos grabados de símbolos y nombres en las diferentes estancias de la cueva.

El acceso a la cueva tiene lugar a través de unas desgastadas escaleras talladas en la roca, como puedes apreciar en la siguiente imagen:

Entrada a la Cueva de los Palacios.

Nada más franquear la entrada, aparecen ante nosotros diferentes cavidades a nuestra derecha, y a nuestra izquierda enormes ventanales que dotan de amplia luminosidad a las diferentes estancias:

Cueva de los Palacios (vistas desde la entrada).

Cueva de los Palacios (vistas desde la entrada).

Cueva de los Palacios (vistas desde la entrada).

Si continuamos avanzando para recorrer en su totalidad la cueva pasaremos por un estrechamiento en forma de pasillo y una vez superado volvemos a ver estancias similares a las de la primera parte de la cueva:

Cueva de los Palacios (parte final de la misma).

Una de las singularidades de la cueva es el alto número de ventanales y sus dimensiones, además de la diversidad de sus formas. Estos ventanales se asoman a los dos valles cercanos de la Umbría y del Badiel. Podrás apreciar la diversidad de formas de los ventanales en las siguientes imágenes:

Cueva de los Palacios (ventanal en forma de corazón).

Cueva de los Palacios (ventanal en forma de trapecio).

Cueva de los Palacios (ventanal de forma rectangular).

Cueva de los Palacios (ventanal con forma del contorno africano).

Cueva de los Palacios (ventanal con forma de infinito).

A lo largo de las diferentes estancias de la cueva podemos encontrar huellas que la presencia humana en el pasado fue dejando en las paredes de la misma. Las más frecuentes, presentes en diferentes salas, son pequeñas oquedades u hornacinas talladas en las paredes, para colocar en ellas velas o candiles y permitir la iluminación de dichas estancias durante la noche. 

Cueva de los Palacios (oquedad tallada en la pared).

En el techo de la cueva también podemos encontrar algunos nidos puntuales de golondrina o vencejo con su característica arquitectura.

Cueva de los Palacios (nido de golondrina o vencejo). 

En la cueva también podemos encontrar alguna talla más elaborada, como ésta en la que se talló un asiento con su correspondiente respaldo dentro de una de las paredes. Frente a ésta última hay una pequeña oquedad en el suelo donde se encendía el fuego.

Cueva de los Palacios (asiento tallado y oquedad para el fuego).

Manuel Andrés

P.D: Disfruta, respeta, no perturbes el entorno y llévate tu basura.